Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Hebreos 13:20-21
La humanidad posee grandes submarinos nucleares con los cuales los océanos pueden ser cruzados sin nunca venir a la superficie. El secreto de su tremendo poder reside en el reactor nuclear escondido en las profundidades del submarino. Esa fuerza extraordinaria no necesita ser reabastecida, sino que constantemente está produciendo energía, para que el submarino nunca tenga que ir a puerto para ser reabastecido. Así es la vida de un cristiano. En estos dos versículos está revelado el reactor nuclear para cada cristiano.
Fíjate en los elementos de esto: “Que el Dios de paz...”. En esta carta hemos visto lo que es la paz. El equivalente moderno más parecido es salud emocional. En Cristo estamos en contacto con el Dios de la salud emocional, el Dios que tiene la intención de que la vida sea vivida en un nivel pacífico. Con Él está ligado el Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas. Vine de Montana y sé mucho sobre las ovejas. Si eres de la ciudad, probablemente piensas que, si las dejas solas, vienen a casa ellas solas, meneando las colas. ¡Pero te aseguro que eso es una mentira! Hay dos características notables de las ovejas: No tienen ninguna sabiduría y no tienen armas. Están siempre escapándose y perdiéndose, y son incapaces de encontrar el camino de regreso; y si algo las ataca, están completamente indefensas para defenderse a sí mismas. Es por eso que necesitan un pastor. Es por eso que nosotros necesitamos un pastor, y la razón por la cual la Biblia nos compara con ovejas. Tenemos un gran Pastor de ovejas. Él es nuestro recurso, nuestra provisión ―un Dios que está preocupado sobre nosotros, y un gran Pastor que está ahí para vigilarnos―, porque no tenemos ninguna sabiduría y no tenemos ningunas armas para nuestra defensa.
Ligados con ellos está este gran proceso, el cual está expuesto aquí: “que resucitó de los muertos… por la sangre del pacto eterno”. Ahí tienes la cruz y la resurrección. La cruz significa el final de la vieja vida de auto-dependencia, y la resurrección produce el poder de la nueva vida. Ése es el poder que es liberado en el cristiano por Cristo, que mora en nosotros. Hablamos sobre la conquista del espacio exterior, pero la más grande conquista jamás hecha fue cuando el Señor Jesús conquistó el espacio interior al mudarse al corazón del hombre, para plantar en nosotros el más grande poder por el cual la vida puede ser vivida, un poder que sana y completa.
El resultado de todo esto es que Dios te equipa con todo lo bueno para que puedas hacer Su voluntad. Éste es el secreto del servicio efectivo. No tienes que pedirle a Dios que haga esto: Él está ahí para equiparte con todo para hacer Su voluntad. Hay un suministro completo y una habilidad completa. Dios va a obrar por medio de ti, no aparte de tu voluntad sino junto con ella. Tú eliges, tú te pones en camino, pero Él está ahí para llevarlo a cabo.
Entonces hay plena aceptación, incluso antes de que ocurra: “haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él”. Sabes que vas a complacer a Dios; sabes que no puedes hacer otra cosa más que complacerle cuando caminas de esta forma y vives a base de esto. Estás luchando una batalla que ya ha sido ganada. Pero si intentamos vivir por nuestros propios esfuerzos en la carne, estamos luchando una batalla que ya ha sido perdida. Todo esto está envuelto con la frase más influyente que jamás haya declarado el hombre: “por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. “Por Jesucristo”; ése es el secreto de la vida; ésa es la forma en la que Dios tenía la intención de que el hombre viviera. ¡Qué buenas nuevas para esta vida presente! Dios tenía la intención de que las tuvieras, para que puedas vivir en tus circunstancias presentes donde sea que estés.
Padre, ayúdame a entender estas verdades, pero más que todo eso, dame la valentía para actuar sobre ellas, para que pueda entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Aplicación a la vida
¡La presencia vivificadora y transformadora de Cristo morando en nosotros es un poder transcendente del cual los submarinos nucleares son tan sólo una réplica! ¿Estamos eligiendo extraviarnos como ovejas indefensas, o estamos “contemplando la gloria del Señor, siendo transformados a Su imagen”?