Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, sus lenguas, sus territorios y naciones.
Génesis 10:31
El embudo es un instrumento o dispositivo para hacer más estrecho el pasaje de líquidos o de polvos desde un recipiente más ancho a uno más estrecho. Eso es lo que Dios está haciendo aquí en Génesis 10. Se menciona a Sem, el hijo mayor de Noé, porque Dios está reduciendo la corriente de la historia sagrada en las razas semíticas, y Sem es la parte estrecha del embudo. Dios está limitando la corriente de la humanidad con la que va a tratar personalmente y de manera directa, hasta llegar a un grupo familiar, la familia de Sem. En el capítulo 11, continúa con esto hasta reducirlo a un solo hombre, Abraham. De allí empieza a ensancharse a incluir a Abraham y todos sus descendientes, tanto desde el punto de vista físico como espiritual. El resto de la Biblia tiene que ver con los hijos de Abraham en ambos sentidos, el físico y el espiritual. Por lo tanto aquí tenemos un eslabón muy importante para entender la Biblia.
¿Por qué hace Dios esto? Se le ha acusado de mostrar favoritismo en cuanto a escoger al pueblo de Israel por Su vínculo con la humanidad, pero no es eso, porque Dios no hace acepción de personas. Esto es algo que hace porque es necesario en vista de las limitaciones de nuestras mentes, no de la Suya. No hay una sola persona que pueda comprender todo el extenso y variado mundo de la humanidad; esto es algo que no podemos lograr ni siquiera hoy. Cuando llega el momento de las elecciones, participamos en votaciones para determinar lo que están pensando las personas, porque no podemos entender ni asimilar de ninguna manera lo que está pensando toda una masa de personas, por lo que es preciso valerse de muestras. Esto es lo que está haciendo Dios con Israel, que se convierte en una muestra de personas. A lo largo del resto de la Biblia, lo que sea cierto respecto a Israel lo es de todo el mundo, y su historia es nuestra historia. Su obstinada rebeldía es la misma rebelión que manifestamos nosotros, y su bendición espiritual bajo Dios es la misma clase que nosotros podemos esperar si estamos abiertos a responder a la gracia de Dios. Hay un hecho que se destaca en lo que de lo contrario sería sencillamente una genealogía insípida: que Dios está buscando de alguna manera introducirse en nuestros corazones y en nuestra voluntad. Él nos recalca por medio de grandes rastreos históricos y por medio de los incidentes menores que nos suceden a cada uno de nosotros.
El gran interrogante que es preciso suscitar es: “¿Está usted escuchando? ¿Está usted recibiendo el mensaje que Dios quiere que reciba?”. Él lo escribe con caracteres grandes en el paisaje de la historia, y además lo escribe con caracteres más pequeños en los incidentes de nuestra vida diaria. Pero en cada caso es la misma verdad que resulta evidente en nosotros: el hecho de que Dios es esencial para nosotros y no podemos vivir sin Él. Usted no puede realizarse por sí mismo; no puede usted encontrarse a sí mismo sin Él. Él le ama a usted y le está buscando; el le quiere y le está atrayendo a Sí mismo.
Padre, te doy gracias por Tu amor, demostrado a lo largo de las generaciones de personas y de reinos que han aparecido y luego desaparecido, pero ahora ha sido revelado al enviar a Tu Hijo unigénito.
Aplicación a la vida
La Biblia tiene que ver con la nación de Israel como una muestra de la historia humana. ¿Estamos nosotros dispuestos a aprender de estas lecciones generacionales y a responder a Dios, que nos está buscando?