¡Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor!
Filipenses 3:1a
Supongo que si quisieras resumir el cristianismo en cuatro palabras esta sería la mejor frase que podrías usar: “gozaos en el Señor”. Ésta es la marca de una vida espiritual, de un cristiano verdaderamente espiritual. Es la marca distintiva de un cristiano victorioso. Es la única actitud que invariablemente trae paz y alegría de corazón. Así que, ésta es la cosa que Pablo repite una y otra vez: “gozaos en el Señor”. Sabe que lo ha dicho muchas veces antes, y lo dirá dos veces más antes de que termine esta carta. Pero es tan importante, dice, que no le importa decirlo cuantas veces sea necesario, y es prudente que ellos lo oigan.
Como vimos anteriormente en esta carta, Pablo señaló lo contrario también. El signo de la incredulidad en la vida cristiana es la eterna queja y disputa. Haz todas las cosas, dice, sin quejarte ni cuestionar, porque ésta es la marca de un creyente incrédulo que no cree lo que Dios le está diciendo. La marca de uno que ha aprendido a creer es el regocijo. Acuérdate de la definición de un cristiano que hemos dado de vez en cuando: uno que es totalmente libre de temor, continuamente feliz y constantemente en dificultades. Es el regocijo en medio de las dificultades lo que marca la vida cristiana.
Es un comentario a tener en cuenta sobre la incredulidad cristiana que la marca que el mundo normalmente asocia con un cristiano no es una sonrisa sino la cara larga. Siendo éste el caso, esto revela que poco creemos en el Dios que amamos. Usted se acuerda de la historia de la niña pequeña que vio una mula en el campo. La miró durante un buen rato, y entonces dijo: “No sé lo que eres, pero debes ser un cristiano. Te pareces exactamente a mi abuelo”. Desgraciadamente, la marca de un cristiano se ha convertido en un sobrio y solemne comportamiento, derramando melancolía en toda ocasión. Esto no es el cristianismo real. La marca de un verdadero cristiano es una sonrisa de confianza, a pesar de las circunstancias. No una sonrisa postiza, una que es forzada, para parecer ser algo que no somos, sino una sonrisa genuina, a veces a través de las lágrimas, pero una sonrisa sin embargo. Viene como resultado de una aceptación de que todos los acontecimientos son ordenados por el Señor. Ése es el secreto. Surge de una confianza tranquila en la suficiencia que mora en nosotros para manejar lo que sea que ocurra. Es el vivir en suficiencia. El vivir de la insuficiencia es lo que le pone la cara larga a la gente. Es el intentar enfrentarse al influjo del tumulto de la vida con recursos insuficientes. La presión se muestra en la cara. Pero si realmente creemos en lo que Dios nos dice, que tenemos en nosotros a Uno que es completamente competente para enfrentarse a cada situación por medio de nosotros, no hay nunca ninguna presión, ya que, sin importar lo que ocurra, sabemos que Él es suficiente para enfrentarse a ello y por medio de nosotros. Descansamos en ese hecho, y ésa es la confianza tranquila que marca al cristiano.
No hay nada nuevo sobre esta experiencia. Es la experiencia del creyente en cualquier época. Cuando aprendemos esto descubrimos que hay misteriosos puentes echados sobre cada abismo al cual llegamos. Una fuerza invisible es impartida para enfrentar cada tensión que la vida nos echa encima. No importa durante cuánto tiempo hayas sido un cristiano, si todavía estás refunfuñando y quejándote, molesto y gruñón de lo que te da la vida, necesitas que te enseñen de nuevo cuáles son los primeros principios, los ABCs del evangelio de Cristo.
Me regocijo en Ti, Señor. Gracias, porque has puesto una sonrisa en mi corazón, porque sé que Tú eres el Señor y puedo confiar en Ti hasta en los aspectos más desafiantes de mi vida.
Aplicación a la vida
Mientras que el mundo busca la felicidad, el cristiano encuentra el júbilo sabiendo y confiando en el carácter de Dios. ¿Nos estamos perdiendo esa herencia porque fallamos en buscarle y conocerle a Él a través de Su carácter revelado en Su palabra?