No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.
Efesios 5:18
Resulta interesante que Pablo contraste estas dos cosas, comparándolas la una con la otra. “No os embriaguéis con vino”, dice. Esto reconoce que en la vida hay cosas que pueden impulsarle a usted a beber. Hay presiones en la vida, exigencias que le imponen que son tan severas que siente usted la necesidad de algún estímulo, de algo que le sustente un poco, que le haga sentir un poco de confianza y añada ayuda y fortaleza. “Pero no deje usted que eso sea vino ni ningún otro estimulante artificial, porque”, dice, “el problema con eso es que produce fácilmente la falta de control”. La palabra que aquí se traduce como libertinaje es la palabra griega que significa “sin límite alguno, con un abandono temerario”. Se refiere al escapismo y a la tendencia a tirar por la borda todas las restricciones, viviendo sin control.
Pero en contraste con esto, dice que es preciso satisfacer esa necesidad de algo para estimular y fortalecerle a usted llenándose del Espíritu, porque ésa es la provisión de Dios para esta necesidad en la vida humana. No hay necesidad de que nos sintamos avergonzados por sentir esta necesidad. No hemos sido creados para ser criaturas autosuficientes e independientes. No se sienta usted inquieto por el hecho de necesitar algo que le sirva de ayuda, que le fortalezca, que le haga sentirse capacitado para enfrentarse con la vida; no se inquiete por eso. Usted necesita algo, pero permita que sea algo apropiado. “Sed llenos del Espíritu.”
Aquí nos ofrece el gran secreto del verdadero cristianismo: la posibilidad de ser lleno del Espíritu. Cuando se hizo usted cristiano, cuando creyó en Jesucristo y le recibió como Señor, el Espíritu Santo vino a vivir en usted. Así que tiene usted al Espíritu, pero la paradoja interesante es que, a pesar de que todos los cristianos tienen al Espíritu Santo, necesitamos ser constantemente llenos del Espíritu Santo. El ser lleno, por lo tanto, significa el tomar de Él momentáneamente los recursos que necesita usted para enfrentarse con la situación en la que se encuentra. No tiene nada que ver con una experiencia, un sentimiento o una crisis; es beber tranquilamente una y otra vez de ese suministro interior de fortaleza.
Ésta es una verdad que da la impresión de que muchos cristianos no la captan. Creen que el cristianismo significa ir a la iglesia, obtener una bendición, para luego marcharse intentando vivir a la luz y el calor de la bendición hasta que se acabe, de manera que tienen que volver para ser llenos de nuevo; pero eso no es el cristianismo. Cuando Jesús dijo acerca de la persona que bebía de Él: “de su interior brotarán ríos de agua viva”, Juan dice: “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él” (Juan 7:39a). Ésa es una fortaleza que procede del interior, y hay más que suficiente para cada situación.
Padre, te pido que Tú me enseñes a sacar agua del pozo de agua viva interior, sabiendo que cada una de las exigencias que se me haga es una exigencia que se te hace a Ti y que Tú estás preparado para vivir Tu vida por medio de mí en cada situación y manifestar de este modo Tu gracia.
Aplicación a la vida
¿Cómo reaccionamos ante las duras exigencias y las presiones de la vida? ¿Estamos aprendiendo a reconocer el Espíritu de Cristo en nuestro interior y a rebosar con Su presencia?