Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie.
Eclesiastés 5:1a
Aprenda usted a permitir que Dios sea Dios; ésa es la primera cosa que Él nos pide que hagamos. Las lecciones en la vida nos resultarán útiles si aprendemos a hacer esto. Dios es el responsable de la vida; así que, permítale usted que lo haga y reciba usted estas lecciones de Sus manos.
El lugar donde aprender a hacerlo es en la casa de Dios. Cuando vaya usted allí, guarde sus pasos. En otras palabras, entre usted reflexivamente, esperando aprender algo. Como ya saben, en el antiguo Israel la casa de Dios era el templo en Jerusalén. Allí se ofrecían los sacrificios, y las personas recibían instrucción acerca de lo que significaban. Allí se leía la Ley, y la sabiduría de Dios acerca de la vida era transmitida al pueblo, siendo revelado este maravilloso Antiguo Testamento con sus formidables enseñanzas acerca de la verdad sobre la vida, sobre lo que es básica y fundamentalmente la humanidad. El templo era el único lugar en la tierra donde las personas podían aprender estas cosas. Actualmente la casa de Dios ya no es un edificio; eso es algo que debemos tener perfectamente claro. Ustedes, las personas, son la casa de Dios. Lo que está diciendo el Buscador es que cuando nos reunimos como el pueblo de Dios, es preciso que lo hagamos expectantes, puesto que hay algo que es preciso que aprendamos.
En segundo lugar, nos dice que escuchemos atentamente. La insensata es la persona que dice cosas totalmente ingenuas y que normalmente son falsas. Lo que evidentemente está pensando el Buscador en este caso es en nuestra tendencia a quejarnos y a murmurar acerca de lo que la vida nos ha hecho pasar. Cuando nos quejamos y refunfuñamos sobre nuestras circunstancias, estamos realmente quejándonos en contra de Dios. Nos quejamos de las decisiones que Dios ha tomado en Su maravilloso plan para nuestra vida. No aprenderemos nunca a disfrutar nada de esta manera, ni siquiera nuestros placeres, cuanto menos nuestro dolor. De modo que él dice que debemos escuchar atentamente, porque entre el pueblo de Dios está siendo declarada la verdad de Dios; la sabiduría de Dios está siendo proclamada.
Un hombre me dijo: “He pasado una experiencia muy dolorosa esta semana pasada. Aprendí a verme a mí mismo, y eso me dejó horrorizado. Ví en mí mismo cosas que desprecio en otras personas”. Eso es alentador. He ahí un hombre que se está enterando de la verdad acerca de sí mismo.
Señor, perdóname por mis actitudes inapropiadas cuando vengo ante Tu presencia. Enséñame a guardar mis pasos y a escuchar atentamente a Tus palabras.
Aplicación a la vida
¿Cuál es el primer pensamiento que pasa por nuestra mente cuando preguntamos: ¿Quién es la persona encargada? ¿Hemos aprendido a dejar que Dios sea Dios y a inquirir humildemente y escuchar a Su sabiduría?