Junto al trono y alrededor del trono había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar, decían:
¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir!Apocalipsis 4:6b-8
Estas criaturas son extrañas.
Son como animales alados, cubiertos con ojos por todo el cuerpo.
¿Quienes son?
Ezequiel vio criaturas similares, a las que describe de forma parecida.
Las llama querubines
.
Los querubines no son pequeños bebés regordetes y desnudos que vuelan por ahí y disparan a la gente flechas de amor.
No, son como estas criaturas de aquí.
Isaías los describe en su capítulo sexto y los llama serafines
(los ardientes
).
Aparecen con diferentes configuraciones; a veces tienen seis alas, a veces sólo cuatro.
Juan menciona sus caras: león, becerro, hombre y águila. Estas criaturas están de algún modo asociadas al gobierno del universo creado de Dios. Nosotros somos muy ignorantes en cuanto a los fenómenos naturales, pero aquí son criaturas que entienden y ayudan a Dios a regir el mundo natural. Los ojos simbolizan discernimiento y conocimiento. Las alas describen la rapidez y prontitud de movimiento. Las caras representan las cualidades principales de la vida en el universo creado. Un león nos sugiere poder; un becerro, paciencia; un hombre, inteligencia y un águila, rapidez. Estos seres vivientes trabajan para conducir a la creación a la adoración de su Creador y deben obtener de toda la creación la perfección que Dios quiso para ella. Por ello están alabando a Dios todo el tiempo, pues tienen visiones renovadas que llegan a ellos constantemente de la sabiduría creadora y el poder de Dios. Toda la naturaleza debería llevarnos a adorar a Dios del mismo modo. El capítulo se cierra con la adoración de todo el cielo al ver la sabiduría creadora y el poder de Dios.
En Navidad, si tiene la ocasión, vaya a uno de esos grandes auditorios abarrotados con quizá 3.000 personas, una orquesta completa y un gran coro cantando las frases escriturales de El Mesías
. Es algo conmovedor y poderoso: Y la gloria del Señor se revelará y toda carne en unión la verá
.
Esto es lo que el cielo está comprometido a declarar.
No es un recital mecánico.
El cielo no es aburrido.
Estas personas gritan alabando porque están continuamente descubriendo aspectos nuevos, emocionantes y admirables de la sabiduría y el poder de Dios, que amanecen renovados ante ellos, así que tienen el impulso constante de alabar a Dios por ser Quien es.
Así debería ser la verdadera adoración.
Eugene Peterson dijo que la verdadera adoración le hace a uno cinco cosas: Centra las cosas. Usted ve a Dios como el centro de todo.
Deja de vivir para sí mismo y vive para Él.
Y reúne, e incluye a otros con usted.
Usted se convierte en parte de una familia, una congregación; cruza las barreras de la exclusión.
Es reveladora: Comienza a entender ahora cosas que usted antes nunca vio.
Los patrones familiares de la vida adquieren nuevas perspectivas.
Hace que usted cante; los cristianos están siempre cantando.
Hay muchas canciones en el libro del Apocalipsis a pesar de los juicios, porque los cristianos pueden cantar cuando otras personas lloran.
Y finalmente, afirma: Usted responde a la gran promesa de Dios con un Amén
y un Sí
.
Ayúdame a ver más de Ti, Señor, y a responder junto con los que están en el cielo con adoración renovada. Amén.
Aplicación a la vida
¿Llegan a usted nuevos y emocionantes aspectos de la sabiduría y el poder de Dios? ¿Cómo responderá?