Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar. Pero tienes esto: que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
Apocalipsis 2:4-6
¿Qué hace usted cuando ha perdido su primer amor?
¿Cómo se recupera de eso?
Nuestro Señor aconseja tres pasos claros y específicos que dar.
Primero, recuerde cómo era cuando vino por primera vez a Jesús.
Recuerde el gozo que tenía en el Señor.
Recuerde la cercanía que tenía con Él.
Recuerde el soporte interior en el que usted se apoyaba en tiempos de presión y tribulación.
Recuerde el alivio que sentía al orar.
Recuerde el deleite que le producían los otros cristianos, la lectura de la Palabra y el escucharla.
Recuerde cómo apenas podía soportar el perderse un servicio religioso, por lo mucho que estaba aprendiendo sobre la verdad de la vida. ¿Recuerda eso?
Mire hacia atrás.
Piense en el pasado.
Nuestro Señor dice: Recuerda, por tanto, de dónde has caído
.
Y luego, ¡arrepiéntete! Cambia tu mente. Eso es lo que significa arrepentirse. Cambie su mente acerca de lo que ha ocupado el lugar de Jesús en su vida. Renuncie a esa ambición, ese orgullo de su posición, ese ansia de aprobación que se ha convertido en algo absolutamente importante para usted y que está motivando su trabajo. Abandone su espíritu crítico, su actitud quejosa, su confianza en su conocimiento para causar impacto en la vida. Vuelva a poner al Señor en el centro y foco de todos sus esfuerzos.
Finalmente, ¡vuelva! Haz las primeras obras
, dice Jesús.
¿Cuáles son esas obras?
Bueno, lea la Biblia con entusiasmo.
En el pasado usted nunca tenía bastante. Ansiaba descubrir lo que decía la Palabra de Dios.
Y oraba por todo, ¡incluso para encontrar una plaza de aparcamiento!
Usted respondía a las necesidades y el dolor que le rodeaban con compasión y amor, y no lo consideraba una carga.
Sobre todo, usted alababa a Dios de corazón.
Estaba encantado de cantar alabanzas a Su nombre y de pensar en Su gracia para con usted.
Ahora, hágalo de nuevo, dice Jesús.
Empiece por ahí.
En este punto, Jesús dice una cosa extraña: Pero tienes esto: que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco
.
¿Por qué no mencionó eso entre las cosas que recomendó antes?
La respuesta es que esto es un punto que ya existía.
En una cosa ellos todavía retienen algo de su primer amor: ellos aborrecen las prácticas de los nicolaítas.
Lo más que podemos decir es que éste era un grupo que unía la fe cristiana con prácticas sexuales disolutas.
Ellos creían que uno podía ser cristiano, pero su vida sexual todavía podía ser como la del mundo,
y compatibilizaban esto con una falsa piedad religiosa.
Aseguraban tener un poder y una posición especial con Dios, pero vivían como el mundo. Jesús está diciendo: Mantén tu aborrecimiento por tales prácticas.
Eso es un vestigio que aún queda de tu primer amor.
Los aborreces porque yo los aborrezco.
Empieza por ahí.
Continúa detestando tales prácticas, pero luego vuelve y haz el resto de las otras cosas otra vez
.
Gracias porque Tú eres Dios, y me invitas a volver sin importar lo lejos que me he desviado. Regreso a Tí ahora y te agradezco una gracia que nunca se agota. Amén.
Aplicación a la vida
Tómese algún tiempo para recordar, arrepentirse y volver. Haga hoy algo semejante a las cosas que hacía al principio
.