Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia:
Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:Yo conozco tus obras. Por eso, he puesto delante de ti una puerta abierta...Apocalipsis 3:7-8a
Todos saben que el nombre de nuestra ciudad de Philadelphia significa amor fraternal
.
La ciudad bíblica estaba situada aproximadamente a 45 kms. al sureste de a ciudad de Sardis.
La iglesia de Filadelfia es singular entre las siete iglesias porque es la única contra la que el Señor no tiene ninguna queja.
El Señor empieza diciéndoles claramente Quién es y qué hace.
Él es el Santo y el Verdadero
.
Él es santo, moralmente perfecto.
Su carácter no tiene defecto o imperfección.
Y Él es el verdadero, el que está detrás de todo lo que realmente existe.
Lo que hace se describe como: el que tiene la llave de David
.
En los días de Ezequías, el Señor levantó a un hombre piadoso llamado Eliaquim, de quien Dios dijo: Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro: él abrirá y nadie cerrará, cerrará y nadie abrirá
(Isaías 22:22).
Nuestro Señor se remonta a ese pasaje en Isaías y lo aplica a Sí mismo: [Yo soy] el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre
.
Nadie puede oponerse a Su voluntad.
Él gobierna los eventos de la historia sobre la tierra.
Abrirá algunas puertas y cerrará otras.
Lo que Él abre, nadie puede cerrarlo; lo que Él cierra, nadie puede abrirlo.
Ningún poder humano puede contravenir lo que Él determina.
Jesús dice a la iglesia que ha puesto delante de ellos puertas abiertas de ministerio y servicio, y nadie puede cerrarlas.
El apóstol Pablo usa esta analogía sobre sí mismo.
En su segundo viaje misionero intentó entrar en la provincia de Asia a predicar el evangelio, pero le fue prohibido por el Espíritu Santo; era una puerta cerrada.
Entonces, intentó ir a Bitinia, pero el Señor no se lo permitió: otra puerta cerrada.
Pero cuando llegó a Troas se enteró de que el Señor había abierto una puerta para él dentro de Europa.
En los años pasados el Señor abrió puertas que estaban previamente cerradas: en Polonia, Alemania del este, la República Checa y Hungría.
Es maravilloso ver cómo la gente ha respondido ante esa puerta abierta.
Otras puertas todavía permanecen cerradas, y a los cristianos se les prohíbe practicar su fe allí.
Son puertas fuertemente cerradas.
Se nos anima a orar por ellas, pero hace falta Aquél que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre
, para que estas oraciones tengan éxito.
Señor, gracias por que nadie puede cerrar Tus puertas abiertas, ni abrir Tus puertas cerradas. Eres soberano sobre mi vida, y oro para que tenga discernimiento para seguirte en la forma que Tú guíes. Amén.
Aplicación a la vida
¿En su propia vida y ministerio, puede usted identificar las puertas cerradas y abiertas para el ministerio?