De parte del que es y que era y que ha de venir

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros de parte del que es y que era y que ha de venir, de los siete espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra.

Apocalipsis 1:4-5a

Esto es todo lo que se nos dice sobre el autor hasta este punto, sólo su nombre. Al compararlo con otras Escrituras y con la tradición de la iglesia primitiva sabemos que este era Juan el apóstol, el hermano de Santiago, hijo de Zebedeo. Algunos abren la posibilidad de que otro Juan (llamado Juan el presbítero) lo escribiera, pero hay tantas pruebas que relacionan este escrito con el evangelio de Juan y las tres cartas de Juan de nuestras Biblias, que es difícil ver esto como viniendo de otra mano distinta de la del apóstol. Él escribió esto hacia el final de su vida; probablemente era un octogenario cuando recibió esta visión. Llega a nosotros como una carta escrita a una serie de siete iglesias seleccionadas, localizadas en la provincia romana de Asia.

Juan describe a Dios Padre, el Eterno. Su nombre en hebreo, Yahweh, significa Yo Soy, y esta afirmación es un análisis de ese verbo. Yo soy el que es y que era y que ha de venir, de modo que Él es Aquél que existe eternamente. También dice que viene de parte de los siete espíritus que están delante de su trono. Este es el primero de una serie de sietes mencionados en este libro. Cuando usted encuentre siete de algo en el Apocalipsis, es el símbolo de algo completo y perfecto. Este es el Espíritu de Dios en la perfección de Su ser. Los siete espíritus son el Espíritu Santo en Su plenitud. Es Él quien nos da este libro, y viene de Jesucristo, quien es el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.

Nuestro Señor Jesús es la figura central, pero aquí se nos presenta por primera vez, de una manera triple. Él es el testigo fiel, o sea, lo que Él dice es verdad. Usted puede contar con ello. Él expresa la absoluta realidad. Nada tiene más significado para mí, cuando leo la Biblia, que entender que aquí está la revelación de las cosas como realmente son. Vivimos en un mundo confuso. Somos bombardeados por filosofías contradictorias, y a menudo debemos preguntarnos: ¿Cuál es la correcta?. Pues bien, aquí tenemos la palabra del Testigo fiel, Aquél que nos dice la verdad. También se le llama el primogénito de los muertos. Eso es una referencia a Su resurrección. Él es el primero en resucitar en gloria, habiendo estado muerto una vez. Todos los demás que fueron resucitados de la muerte, en la Biblia, volvieron a la misma vida terrenal que tenían antes, pero no así Jesús. Cuando Él fue resucitado, fue glorificado, y es esa vida glorificada la que da a aquellos que creen en Él. Es el dador de vida. Finalmente, Él es presentado como el soberano de los reyes de la tierra. ¿No es eso alentador? Todos esos poderosos líderes que tenemos hoy claman que son soberanos y capaces de obrar su voluntad, y, sin embargo, he aquí Uno que aparece como el soberano de los reyes de la tierra. Él establece los límites dentro de los cuales los otros deben vivir. Así Él es el gran hacedor de leyes, Rey sobre todos los otros reyes.

Señor Jesús, me postro ante Ti hoy y te adoro como Aquél que es eterno, el Testigo fiel, y el Primogénito de entre los muertos. Abre los ojos de mi corazón para que vea más de Ti y la realidad que sólo Tú puedes desvelar. Amén.