Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete, pues si no, vendré pronto hasta ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe.
Apocalipsis 2:14-17
A pesar de sus fortalezas, dos errores están socavando a la iglesia de Pérgamo: uno se llama la doctrina de Balaam
.
Balaam era un falso profeta que había sido contratado por el rey de Moab para que maldijera a Israel, pero cuando intentó hacerlo así, Dios no le dejó.
Entonces pagó a unas muchachas hermosas para que se exhibieran delante de los jóvenes de Israel, tentándoles hacia la inmoralidad sexual.
Como estas mujeres eran adoradoras de los ídolos, por ese medio él introdujo la adoración de ídolos en Israel.
El equivalente que encontramos en nuestros días es la pornografía y fornicación entre los cristianos y la aceptación de parejas que viven juntas fuera del matrimonio.
También estaban siendo seducidos por el error de los nicolaítas. Además de promover la inmoralidad, parece que afirmaban tener una relación especial con Dios. Declaraban que eran los beneficiarios de revelaciones que no se daban a los demás, y que, por tanto, tenían una posición aventajada ante Dios. Presumían de ocupar el mismo lugar que el sacerdocio en el judaísmo e introdujeron ese error en la iglesia cristiana. Ese error se refleja actualmente en la supremacía de los pastores que afirman que tienen una relación más íntima con Dios y así son considerados superiores al resto de la gente.
¡La forma de lidiar con el error es usar la espada de dos filos!
Jesús dijo: Arrepiéntete, pues si no, vendré pronto hasta ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca
.
La Palabra de Dios desenmascara a ambos errores, el de inmoralidad y el error de la superioridad sacerdotal.
La razón por la que muchas iglesias se resisten a la exposición de las Escrituras es que muchas personas no quieren oír este mensaje.
La apelación final de nuestro Señor es a aquellos que hacen caso de las advertencias de esta carta.
Si permanecen firmes contra la inmoralidad y el ansia de poder religioso, se les dará el maná escondido
y una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe.
Fíjese que ambas cosas, el maná y el nombre nuevo, son secretos.
Es una imagen de intimidad muy cercana.
El maná era la comida con la que Moisés alimentaba a los israelitas en el desierto.
Jesús dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo
(Juan 6:41).
Él es ese Maná escondido.
Él es alimento para el espíritu interior, un alimento del que los demás no saben.
Luego, junto con esto, está la piedrecita blanca con el nombre secreto sobre ella.
Las piedras blancas se usaban entre los romanos como una señal de favor especial.
Un nombre secreto es una señal de intimidad.
Si usted conoce al Señor Jesús, y su corazón se guarda de la influencia corruptora del mundo que le rodea, disfrutará de una intimidad con Él en la cual la nueva naturaleza que le ha dado (representada aquí por el nombre nuevo) se vuelve más fuerte y más desarrollada, y usted entra en una preciosa familiaridad e intimidad con Él.
Gracias, Padre, por Tu misericordia y gracia conmigo. Gracias por mostrarme tan llana y claramente en estas cartas a lo que me enfrento. Ayúdame, Señor, a prestar atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias. Amén.
Aplicación a la vida
¿Está usted experimentando la intimidad de una relación con Jesús, por la que se alimenta del maná escondido y se regocija en el nombre nuevo que le ha dado?