Cuando lo llevaban, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevara tras Jesús.
Lucas 23:26
¿Por qué está esta historia aquí?
Ninguna de estas historias aparece en las Escrituras simplemente para entretenernos; todas están aquí para instruirnos.
Al ir leyendo la historia, ¿no ve que esto es una imagen representada en vivo de nosotros, de la experiencia de cargar nuestra cruz?
He aquí un hombre que tomó su cruz; tomó la cruz de Cristo y le siguió, no sólo en sentido figurado, sino literalmente.
Se nos da de esta manera para indicar el significado de la cruz de nuestro Señor, para ilustrarlo para nosotros.
Si alguno quiere venir en pos de mí
, dice, niéguese a sí mismo
.
Éste es el comienzo de la vida cristiana.
Usted nunca viene a Cristo sin descubrir que este venir
ha hecho una cosa radical y revolucionaria en su relación consigo mismo.
Cuando usted se rinde a Cristo, Él se convierte en su Señor.
Él le sustituye a usted como autoridad final.
Eso es negarse a uno mismo.
Pero la entera vida del cristiano se vive también sobre ese principio:
Debe negarse a sí mismo y cargar la cruz cada día
.
¿Qué significa eso?
La respuesta se nos da aquí con la experiencia de Simón.
El hecho de que nuestro Señor usara las palabras cada día
sugiere que esta experiencia no es una cosa que ocurre una vez en la vida.
Esto es un golpe del destino que llega a nuestra experiencia y nos hace revertir todos nuestros planes, y eso nos molesta.
Esto son las interrupciones que llegan a nuestra vida desafiando nuestros egos; son de la clase sobre la que no podemos hacer nada excepto preocuparnos y enojarnos.
Lo que está diciendo es que, cuando las aceptamos y las tomamos día a día tal como vienen en el discurrir del tiempo, son una fuente de bendición y fortalecimiento para nosotros; son las experiencias diarias, pequeñas o grandes, una crisis de sufrimiento, de pérdida, de frustración o de profundo deseo.
Hay tres cosas que podemos hacer cuando estas cosas frustrantes entran en nuestras vidas.
Podemos, o bien, estallar, es decir, podemos rebelarnos contra ellas —y esto incluye todo, desde una rabieta a la transgresión de la ley—,
o bien, podemos desmoronarnos.
Nos volvemos neuróticos, y esto va desde un dolor de cabeza hasta un ataque de nervios.
¡O podemos salir adelante!
Podemos aceptarlas como venidas de Dios.
Esto es lo que Jesús quiere decir.
¡Cargue la cruz!
Acepte estas invasiones inesperadas en sus planes como venidas de Dios.
Y cuando lo haga, como hizo Simón, descubrirá que son invariablemente disfraces de las bendiciones de Dios.
A.B. Simpson escribió: Éste es el secreto de la total suficiencia divina: llegar al final de todas las cosas en nosotros mismos y nuestras circunstancias.
Cuando lleguemos a este punto, dejaremos de pedir compasión hacia nuestra difícil situación o nuestro maltrato, y reconoceremos que estas cosas son las condiciones mismas necesarias para nuestras bendiciones.
Y nos volveremos de ellas a Dios y encontraremos en ellas una afirmación sobre Él
.
Padre, que pueda aprender este principio y cesar mi lucha sin sentido contra los sucesos que no puedo controlar y las desilusiones que vengan.
Aplicación a la vida
¿Está usted luchando con circunstancias que no esperaba y que no le gustan? Acéptelas como dadas por Dios y dele gracias por guiarle a donde Él quiera que vaya.