Antes bien, nos portamos con ternura entre vosotros, como cuida una madre con amor a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos. Os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo, trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
1 Tesalonicenses 2:7-9
Esto sólo puede describirse como amor lleno de sensibilidad, un amor profundamente deseoso de bendecir a alguien y de encontrar formas suaves y tiernas de comunicarlo. Quizá la primera necesidad para amar sea aprender a hacerlo con suavidad. El amor a menudo tiene que ser fuerte y duro. A veces debe reprender, pero tiene que aprender a hacerlo con delicadeza. Eso es lo que hizo Pablo. Vino entre ellos como una madre que amamanta a sus hijos, encantado de atender sus necesidades. Cuando yo era un joven cristiano, estuve bajo el ministerio de Dawson Trotman, el fundador de los Navegantes. Dawson tenía una personalidad fuerte. Podía ser exigente. Era autodisciplinado en grado sumo y esperaba autodisciplina de los que trabajaban con él. Ésa es la marca de los Navegantes hoy en día, dondequiera que ejerzan su ministerio. Pero cuando me reunía a solas con Dawson, siempre era amable. Siempre me hablaba directamente, y parecía consciente de mi necesidad y de mi capacidad. A menudo pensaba que él era como Pablo. Pablo podía ser severo y cortante, pero cuando estaba a solas con alguien, era amable. Ésa es la marca de un verdadero pastor.
Cuando Pablo dice: Tan grande es nuestro afecto por vosotros
, utiliza una frase inusual, que no se encuentra a menudo en las Escrituras.
Literalmente, significa un anhelo, una nostalgia por vosotros
.
Yo mismo lo siento a veces, sobre todo cuando hablo con alguien joven.
Siento que mi corazón anhela ayudarles, bendecirles, enseñarles, guiarles, llevarlos a su plenitud.
Es lo que sienten los padres por sus hijos.
Hay un anhelo por ellos, un deseo afectuoso de verlos florecer y avanzar en la dirección correcta.
Esto es característico de quienes tratan de servir a los demás.
Otra marca de un espíritu afectuoso se encuentra en el versículo 9, donde Pablo habla de su trabajo y dificultades y cómo él y sus amigos trabajaban día y noche para no ser una carga para ellos mientras les predicaban el evangelio. ¡Trabajo duro! Ésa es la señal de un verdadero pastor. Todo muchacho judío tenía que aprender un oficio, y el oficio de Pablo era la fabricación de tiendas. En lugar de aceptar ofrendas de sus nuevos conversos, trabajaba largas horas hasta la noche, fabricando tiendas. Tal vez, mientras le escuchaban enseñar durante el día, estos tesalonicenses se dieron cuenta de que las manos de Pablo no eran las manos refinadas y suaves de un hombre rico que nunca había trabajado. Eran, más bien, las manos de un obrero que trabajaba duro en su oficio, y sabían que lo hacía para poder bendecirlos y no ser una carga para ellos.
Gracias por Tu amor grande y tierno, Padre, y gracias por capacitarme para amar a los demás de la misma manera.
Aplicación a la vida
¿Hay alguna relación en la que necesite especialmente mostrar la mansedumbre del amor en este momento?