Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. ¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
2 Tesalonicenses 2:1-4
Cuando era un joven cristiano, leí un popular libro cristiano titulado En un abrir y cerrar de ojos. Trataba de una familia de miembros de la iglesia, algunos de los cuales volvieron a casa un día y encontraron la mesa puesta y todo listo para la cena, pero no había nadie. Al investigar, descubrieron que el resto de la familia y algunos de sus amigos habían desaparecido. Entonces cayeron en la cuenta de que se había producido el rapto, la verdadera iglesia había desaparecido, y ellos se habían quedado atrás. Ellos sabían lo suficiente acerca de la Biblia para saber que se dirigían a un terrible tiempo de problemas.
Es por eso que los tesalonicenses estaban tan perturbados.
Ellos pensaban que el rapto había ocurrido, de alguna manera se lo habían perdido, y ahora el día del Señor había llegado.
Algo les había hecho pensar que el terrible
día del Señor
ya había comenzado y que ya estaban pasando por él.
En la primera carta, Pablo había descrito ese día como uno de destrucción repentina, sin escapatoria posible.
Los tesalonicenses estaban pasando por un tiempo de gran persecución bajo el dominio romano.
Tal vez alguien en su asamblea había pronunciado una profecía afirmando que el día del Señor había llegado, y el resultado fue que estaban bastante perturbados.
Pablo está diciendo aquí que la señal inequívoca de que el día del Señor ha comenzado es que el hombre de pecado
ha sido revelado, y la gran apostasía mundial que él dirigirá ha comenzado.
La persona presentada aquí es el anticristo largamente esperado, el falso Mesías.
Pablo lo describe como el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios
.
Eso es exactamente lo que Jesús dijo en Mateo 24, que trata de la gran serie de acontecimientos que deben ocurrir antes del tiempo del fin.
Nuestro Señor dice:
Por tanto, cuando veáis en el Lugar santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel ―el que lee, entienda―, entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Pero ¡ay de las que estén encinta y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá
(Mateo 24:15-21).
Según el apóstol, el día del Señor no puede llegar hasta que se manifieste el hombre de pecado.
Señor, ayúdame a estar alerta y preparado para Tu llegada. Gracias porque Tú controlas la historia y puedo confiar en Ti.
Aplicación a la vida
¿Qué señales ve hoy en nuestro mundo de que el día del Señor podría estar cerca?