Alivio

Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, mientras que a vosotros, los que sois atribulados, daros reposo junto con nosotros...

2 Tesalonicenses 1:5-7a

Pablo ya se ha referido a su paciente resistencia en las persecuciones. No sabemos exactamente cómo sufrieron. Algunos habían sido arrestados, encarcelados y golpeados. Estaban pasando por las mismas pruebas que los cristianos de hoy que viven bajo regímenes opresivos. Pero cualquiera que fuera la forma que tomara esta persecución, su resistencia durante las pruebas era una evidencia de que Dios estaba obrando entre ellos. No se puede resistir a menos que uno sea fortalecido por el Espíritu de Dios. La gente bajo presión se rinde muy fácilmente a menos que algo los esté fortaleciendo. Pero los tesalonicenses estaban resistiendo, y eso era evidencia de que Dios estaba obrando entre ellos.

Pablo señala dos cosas sobre su sufrimiento: Primero, Dios lo estaba usando para prepararlos para el reino que pronto compartirían con Él. Los estaba haciendo dignos del reino de Dios. En realidad esto debería ser traducido: revelando que sois dignos. Dios está revelando por su resistencia que son dignos del reino de Dios. El hecho de que pudieran resistir bajo presión era prueba de ello.

Segundo, Dios estaba usando su sufrimiento para revelar la condenación del mundo. Él va a pagar con tribulación a los que os atribulan. Hebreos 11 es el registro de los grandes héroes de nuestra fe. Dice: Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra (Hebreos 11:36-38a).

La norma de valor de Dios es muy distinta de la de la sociedad. Puede que no seas nadie a los ojos del mundo, pero si te mantienes firme en tu fe cristiana durante las pruebas, eres alguien a los ojos de Dios, y en la revelación de Jesús eso se hará evidente para todos. Así, Pablo nos asegura que Dios afligirá a los que afligen al pueblo de Dios y traerá alivio a los Suyos. Me gusta la palabra alivio. ¿Qué hace usted cuando le duele la cabeza? Toma un analgésico y obtiene alivio. Cuando Jesús venga, habrá alivio.

Una vez visitamos en Jerusalén el memorial erigido para recordar el holocausto. Allí se recuerdan las terribles torturas, los campos de concentración, las cámaras de gas. Todo el conjunto es un testimonio de que nada de eso será olvidado jamás. Pero aún más conmovedor es el nuevo monumento erigido a los niños del holocausto. La sala está casi totalmente a oscuras, iluminada sólo por unas pocas velas, pero hay cientos de espejos para que dé la impresión de que hay miles de velas encendidas. Allí, en la penumbra, ¡me sentí como si estuviera ante el juicio de Dios! Voces ocultas gritan sin cesar los nombres de los niños torturados y asesinados por los nazis. Es la forma que tiene Israel de decir que esos niños nunca serán olvidados. Dios nos está diciendo lo mismo aquí. Él traerá aflicción a los que afligen, y descanso y alivio a los afligidos.

Padre, enséñame a confiar en Ti en medio de mi propio sufrimiento. Gracias porque me estás preparando para el reino que un día compartiré contigo.