Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre— que es el primer mandamiento con promesa—, para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra.Efesios 6:1-3
Esto no es una simple exhortación a los hijos para que obedezcan, muy parecida a la que usted podría encontrar en un folleto sobre relaciones padres-hijos escrito desde un punto de vista secular.
No es solamente Hijos obedeced a vuestros padres
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Es Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres
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La clave de todo el mandato es en el Señor
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Los hijos han de obedecer a los padres por amor a Cristo.
Han de obedecer, no tanto porque esto es lo que sus padres quieren, sino porque esto es lo que el Señor Jesús quiere.
Ésta es su responsabilidad ante Cristo.
No es posible que ellos cumplan su deseo de reflejar la vida de Cristo, a menos que estén dispuestos a obedecer a sus padres.
Ésta es la base sobre la que el apóstol lo fundamenta.
Las Escrituras nunca nos dan una exhortación como ésta sin motivo.
A muchos niños se les recuerda constantemente que obedezcan a sus padres, pero raramente se les da una razón para hacerlo así.
Pablo añade una razón: Obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo
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Hay una tendencia por parte de los jóvenes a leer eso y desentenderse, como si significara: Obedeced a vuestros padres porque simplemente así es como lo hacemos
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Pero no significa eso.
Esto no es simplemente una apelación a la costumbre.
Significa, más bien, que esto está de acuerdo con una realidad fundamental; ésta es una de las leyes básicas de la vida.
Si usted rehúsa hacer esto, las cosas irán mal, porque es una transgresión de una ley fundamental del vivir.
El apóstol profundiza incluso más en este asunto.
Dice que no sólo es importante obedecer, sino obedecer de tal manera que honren a su padre y a su madre.
La actitud de la obediencia es extremadamente importante.
Es posible obedecer con el corazón rabiando con desobediencia y odio.
Esa clase de obediencia no es obediencia en absoluto, porque está deshonrando al padre o madre.
Eso es tratar a los padres como a cosas, como obstáculos, ciertamente no como personas de donde ha venido la vida.
Es ignorar todos las dádivas generosas de amor paternal y tratarlos como si no fueran más que un obstáculo en el camino.
Por eso, el primer mandamiento con promesa es el mandato: Honra a tu padre y a tu madre
(Éxodo 20:12a).
La promesa que iba asociada a ello era esta:
… para que tus días se alarguen en la tierra
(Éxodo 20:12b).
Esto simplemente significa que la obediencia gustosa, bien dispuesta, es una bendición para los hijos que obedecen.
Pero la obediencia huraña y rebelde hiere.
La obediencia huraña es en realidad resentimiento y amargura, y no hay nada más destructivo en el corazón humano que el resentimiento y la amargura.
No hiere a aquel contra el que estás amargado; te hiere a ti.
Señor, gracias por mis padres. En esta etapa concreta de mi vida, enséñame a honrarlos.
Aplicación a la vida
¿Cómo es honrar a mis padres en esta etapa de mi vida?