Al leerlo podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, el cual en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.
Efesios 3:4-6
En estos versículos, de manera breve, se encuentra la afirmación de Pablo acerca del misterio que se encuentra en el corazón mismo de la vida. Consiste en esta gran verdad: cuando vienen a Cristo, tanto los judíos como los gentiles son coherederos, miembros juntamente de un cuerpo y copartícipes de la promesa. En estos tres términos tenemos las respuestas a las grandes luchas en las que nosotros los humanos nos vemos involucrados en la actualidad.
“Coherederos” tiene que ver con posesiones. Pablo se está refiriendo a todo el problema de los humanos y su universo, así como el motivo por el que no podemos resolver nuestros enigmas ecológicos. La antigua creación que ha existido desde el principio de los tiempos se ve sometida a una ley inquebrantable a la que Pablo llama “la esclavitud de corrupción” en Romanos 8:21. Todo se está deteriorando, y ése es el motivo por el que resulta imposible hallar la solución a los actuales problemas ecológicos. Pero Pablo dice que en Cristo se ha hallado la respuesta. Dios está empezando una nueva creación, una que vive bajo un principio completamente diferente y no está sometido a esta ley.
En el aspecto de la ejecución o cumplimiento, esto es cierto ya. ¿Por qué no podemos llevarnos bien los unos con los otros? ¿Por qué se producen tantas roturas todavía en el ámbito de la familia? Porque cuando seguimos viviendo aún en la antigua creación, esas cosas son inevitables, pero en el aspecto del Espíritu la solución ya ha sucedido. Cuando empezamos a “caminar en el Espíritu” podemos amar y perdonar, ayudándonos los unos a los otros.
Ésta es la explicación de Pablo acerca del gran misterio. Lo asombroso de ello es que usted puede disfrutarlo ahora mismo. Es la única esperanza que jamás tendrá usted de vivir de acuerdo con la gloria de Dios diseñada para el pueblo que Él creó en el principio. Explicado en estos términos, esto significa que a la actual “civilización” secular en la que vivimos se la puede comparar con un capullo que se está aferrando sin vida a la rama de la historia. Uno de estos días ese capullo se abrirá en la primavera del mundo, y de él saldrá un nuevo ser, un ser que está siendo actualmente creado dentro del capullo.
Ya no puede usted esperar un momento más a despertar a esta verdad; ya ha comenzado. Éste es el gran misterio. Usted puede o bien formar parte de la nueva creación o continuar formando parte de la antigua, pero no puede hacer las dos cosas al mismo tiempo. Puede usted vivir su vida como miembro de la nueva creación en medio de la antigua, pero no formando ya parte de ella, no siendo ya “extranjeros ni forasteros”, dice el apóstol. “En lugar de ello, sepárate y sé libre en Jesucristo”.
Gracias, Señor, por esta nueva creación de la que formo parte por medio de la fe en Cristo Jesús. Ayúdame a vivir como coheredero de la promesa.
Aplicación a la vida
¿Cómo podemos tratar los problemas ecológicos de hoy? ¿Qué ramificaciones producirán nuestros esfuerzos? ¿Cuál es el gran misterio que se encuentra en el centro mismo de toda la vida?