Sé que todo lo que Dios hace es perpetuo: nada hay que añadir ni nada que quitar. Dios lo hace para que delante de él teman los hombres.
Eclesiastés 3:14
¡Qué diferente es esta imagen de la vida bajo la soberanía de un Dios viviente de lo que la mayoría de las personas creen que Dios es! Un libro popular para cristianos sobre el tema del sexo explica la verdad de que Dios ha diseñado el sexo para placer. Pero no es sencillamente el sexo lo que ha sido creado para placer; todas las cosas han sido planeadas para el placer humano. Pero, sin embargo, si piensa usted que una cosa en concreto y por sí misma va a producir un placer duradero, no lo ha entendido usted. El secreto es que el conocimiento de Dios en esa relación es lo que produce el gozo. No estamos en poder de un “Gran Eliminador Cósmico del Gozo”, un concepto que muchas personas parecen tener respecto a Dios. Dios se deleita en el gozo de los seres humanos.
El Buscador dice que todo lo que se disfruta debe ser descubierto dándonos cuenta de que Dios es el que está encargado de todo y Él adaptará Su plan para cualquier persona. Dios ha establecido de manera soberana e independiente un plan para la vida, de manera que nosotros no podamos intervenir en ella, y esto es algo que ha hecho para que las personas le reverenciemos.
En diferentes lugares de la Biblia leemos: “El temor del Señor es el principio de la sabiduría” (Proverbios 9:10). Hasta que la persona no reconozca y confíe en la sabiduría superior de Dios, esa persona no habrá empezado a temer a Dios. Pero este temor no quiere decir un terror servil a Dios, sino que se refiere al respeto y el honor que le debemos. Si intenta usted vivir su vida sin reconocer a Dios, a la postre se encontrará usted, como le sucedió al Buscador, insatisfecho e inquieto, sintiendo que la vida es desdichada y carente de significado. El secreto de la vida es la presencia de Dios mismo.
La mayor parte de las luchas en la vida tiene su origen en el hecho de que pretendemos representar el papel de Dios nosotros mismos, deseando ser responsables de todo lo que nos sucede. Eso es cierto incluso en el caso de los cristianos. Cuando Dios se niega a estar de acuerdo, nosotros nos ponemos de mal humor, nos llevamos un berrinche y nos ponemos furiosos con Él. Dejamos de tener fe y decimos: “¿De qué sirve? Lo he intentado, pero no funciona”. ¡Qué afirmación tan insensata! Dios no va a renunciar a Sus prerrogativas. No se puede añadir nada a ello, ni se puede tampoco eliminar nada. Dios lo ha hecho de tal manera que los hombres se vean obligados a reverenciarle.
Señor, perdóname por pensar que sé lo que es mejor para las personas a las que quiero y para mí. Enséñame a confiar en Tu obra, porque yo sé que no se puede añadir nada a ella.
Aplicación a la vida
Dios ha establecido de manera soberana e independiente un plan de vida, de manera que nosotros no podamos interferir en ella. ¿Por qué ha hecho esto, y cuál es el secreto de la vida?