Una vida digna del Señor

Así podréis andar como es digno del Señor, agradándolo en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia...

Colosenses 1:10-11

Pablo acaba de orar para que los colosenses sean llenados con toda sabiduría espiritual y entendimiento, de modo que puedan entender la voluntad de Dios. Aquí nos cuenta lo que sucederá como resultado. Primero, andaremos como es digno del Señor. Cuando usted entienda en qué le ha transformado Dios, se preocupará de si su comportamiento refleja Su belleza, y de lo que los demás pensarán de Dios cuando le observen. Deberíamos preocuparnos de nuestro impacto sobre los otros y de lo que nuestras acciones les hacen pensar de nuestro Dios.

Lo segundo que emanará del conocimiento de Su voluntad es que buscaremos agradarle en todo. Nuestro objetivo principal debería ser vivir de una forma que agrade a Dios. ¿Qué clase de vida complace a Dios? En la carta a los hebreos se nos dice: sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6a). La fe es lo que le complace. En todas las ocasiones en que Jesús aprobaba o alababa a alguien, era a causa de su fe. Tienes gran fe, le dijo a la mujer que le rogó que le curase el flujo de sangre. Grande es tu fe, le dijo al centurión que le pidió que curara a su siervo. Siempre que nuestro Señor alaba a la gente por algo, es porque creen en Él y actúan según lo que Él dice. Eso es lo que agrada a Dios.

El tercer resultado es éste: llevando fruto en toda buena obra. El fruto es el fruto del Espíritu: amor, gozo y paz en nuestras relaciones y acciones con los demás; interés, compasión, aliento y ayuda en tiempo de angustia, llevando una palabra de paz a una atmósfera hostil y atribulada. Bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9). De eso está hablando Pablo, de llevar fruto en toda buena obra.

El cuarto resultado es: creciendo en el conocimiento de Dios. Buscando andar como es digno de Dios y complacerle con resultados de una actividad fructífera en conocer a Dios más íntimamente. ¡Conocer a Dios es la cosa más emocionante que jamás pueda pasarle! Es el secreto de la emoción y la vitalidad en la vida. La gente que conoce a Dios nunca se aburre. Si usted está aburrido es porque no conoce a Dios adecuadamente. Él es un Ser emocionante y cautivador, lleno de ideas nuevas, conceptos y posibilidades que usted nunca podría haber soñado.

El resultado final es que, fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia. La señal de un poder espiritual verdadero es que aprendemos a soportar la adversidad. Cuando usted se enfrenta con circunstancias irritantes o gente problemática, hace falta poder para ser paciente. Nuestra tendencia natural es alterarnos o enojarnos y volvernos rencorosos. Hace falta poder para resistir esto cuando lo sentimos dentro. Todo creyente tiene ese poder, y la señal es que llevan vidas tranquilas y alegres que perseveran hasta el final.

Padre, deseo agradarte en todo lo que hago. Revélame las formas de pensar y vivir que es necesario transformar en lo que te complace.