Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
Colosenses 2:16-17
Las restricciones en las comidas, las dietas especiales, y la observancia de ceremonias y días surgieron de las prácticas judías. Dios dio muchas de estas ceremonias en el Antiguo Testamento como sombras o imágenes. El problema era que la gente estaba realizando estos rituales mecánicamente, simplemente ejecutando los movimientos externos. Eso, dice Pablo, puede destruir la verdadera vitalidad de la fe.
Encontramos un paralelo a estas observancias hoy, siempre que la gente da especial valor a la representación religiosa. Al principio de este siglo, casi ningún cristiano viajaba en domingo, porque se les enseñaba que el domingo era un remanente del sábado judío y que estaba mal trabajar o viajar ese día. De esta clase de cosas Pablo habla aquí. Otros, en la actualidad, cantan un mantra sin pensar en lo que están diciendo. Otros más, giran una rueda de oraciones, o deslizan abalorios religiosos entre sus dedos. Cualquier clase de representación religiosa que se haga sin sentido o significado personal cae en la categoría que Pablo está describiendo.
Pero alguien acabará diciendo: Espere un momento; ¿no están algunas de estas observancias dadas por Dios para recordarnos la verdad?
¿No se gana nada valioso con hacerlas?
.
El apóstol contesta a esa objeción.
Estos rituales son una mera sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo
.
Una vez que la realidad ha sido realizada, la sombra ya no es de valor en absoluto.
Las sombras son imágenes, dadas de antemano, diseñadas para prepararnos para algo.
Pero, si usted ha encontrado a Cristo, no necesita ya la sombra.
Yo llevo conmigo las fotos de mi esposa, mis hijas y mis nietos. Aprecio estas fotos y las miro ocasionalmente cuando estoy lejos de casa. Pero, ¿qué pensaría usted si yo colocara estas fotos por toda mi casa y les hablara a ellas e intentara relacionarme con ellas? Usted pensaría que yo habría perdido la cabeza y probablemente, así sería. Pero, aún más, ciertamente perdería pronto el contacto con la misma gente de las fotos que aprecio tanto. Ellos se sentirían ignorados y probablemente al final me abandonarían, y toda relación cesaría.
Eso es lo malo de las sombras, dice Pablo.
Si usted todavía da el valor principal a una sombra después de que haya venido la realidad, usted destruye su participación en el valor de esa realidad.
Pues bien, ¡la realidad aquí es Jesús! Él es el centro de toda vida y la fuente de emoción de la experiencia cristiana.
Él es Aquél que nos acompaña a lo largo de la vida, para consolarnos en tiempos de necesidad y fortalecernos cuando somos tentados. Es un lugar de refugio a donde correr cuando estamos afligidos o con incertidumbre en la vida. Perderlo es perder toda fuente de emoción y vitalidad en la vida.
Ése es el peligro del cumplimiento de las sombras.
Por eso, este párrafo comienza con las palabras Por tanto
.
La sección anterior señalaba todo lo que Cristo es para nosotros ahora. Pablo está diciendo: Lo tenemos a él, por tanto, no dejen que nadie les eche a perder involucrándoles en una representación mecánica que anulará la realidad
.
Señor, hazme ver esas veces en que voy a la deriva, dependiendo de sombras, en lugar de la realidad de lo que has hecho por mí en Cristo.
Aplicación a la vida
¿Cuáles son las meras sombras a las que usted tiende a desviarse? ¿Por qué son tan atrayentes?