Siempre que oramos por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos. De esta esperanza ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros.
Colosenses 1:3-6a
¿Ha pillado usted las tres palabras que son cruciales aquí: fe, esperanza y amor?
Podríamos decir que éstas son las palabras favoritas del apóstol. Él usa esta triada en varias de sus cartas.
En 1ª de Tesalonicenses, escribe sobre vuestro trabajo de fe
, vuestro trabajo de amor
y vuestra paciencia de esperanza
.
También recordamos esa maravillosa triada al final de 1ª de Corintios 13: Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor
.
Sí, amor es lo que se necesita en nuestro mundo. Pero, según la declaración de Pablo, el amor viene de la fe. Es importante reconocer que estas palabras cálidas y maravillosas, fe, amor y esperanza, están relacionadas. Estas palabras indican lo que bien podríamos llamar las cualidades de los cristianos auténticos. La marca de un cristiano auténtico será que usted tendrá fe y amor que surge de la esperanza, y esa esperanza se encuentra en el evangelio. Es importante notar que la esperanza produce fe y la fe a su vez se transforma en amor. La esperanza es la raíz, la fe es la planta y el amor es el fruto. Así que la esperanza es el cimiento.
Esto hace surgir la pregunta: ¿Qué es lo que produce esperanza?
Todos necesitamos esperanza desesperadamente.
Sin esperanza los hombres pierden el deseo de vivir. En momentos desesperados nos dan ganas de decir: ¿Qué sentido tiene seguir?
.
Entonces, ¿de dónde sale la esperanza?
La respuesta de Pablo es que el evangelio despierta la esperanza.
Ésa es la buena noticia.
El evangelio se dirige a los perdedores —no a los que tienen éxito,
sino a los frustrados, los debilitados, los vacíos, los perdidos entre nosotros— y les da esperanza.
Cuando no hay otra cosa que pueda darles esperanza, el evangelio lo hará. Pero, ¿cómo el oír la historia de Jesús: Su nacimiento, Su vida, Su muerte, Su resurrección y Su venida por el Espíritu, da esperanza, que despierta la fe y estimula el amor a los demás?
La respuesta está en esta sola frase: la esperanza que os está guardada en los cielos
.
Para la mayoría, eso inmediatamente hace pensar en la vida después de la muerte, cuando vayamos a estar con el Señor y toda la gloria de la eternidad será nuestra.
Aunque la esperanza de vida después de la muerte es una verdad maravillosa, esta traducción oscurece lo que se está diciendo realmente.
La palabra singular cielo
es lo que nos desorienta.
El texto griego dice en realidad: Hay esperanza disponible para vosotros en los cielos
, en plural.
Este término los cielos
se refiere, no al cielo después de la muerte, sino al reino espiritual invisible que nos rodea por todas partes ahora mismo.
Así que, lo que está diciendo es que el evangelio revela que hay esperanza inmediata para nosotros, la cual viene de ese reino espiritual invisible que nos rodea en este momento.
Ésa es la esperanza que despierta el evangelio.
La buena noticia es que ahora mismo, sin importar a lo que se enfrente, en su momento de debilidad o desesperanza, Jesús está disponible para usted.
Es posible que Él le transmita Su fuerza y le conceda sabiduría para darle estabilidad, fortalecerle y hacer que esté firme.
Ésa es la esperanza del evangelio.
Eso es lo que despierta la fe.
Padre, gracias por la esperanza que tengo en los cielos. Que esa esperanza despierte en mí la fe y el amor.
Aplicación a la vida
¿Qué está ocurriendo en su vida ahora mismo que le empuja hacia la esperanza que está disponible para usted en los cielos?