Cumple el ministerio

Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.

Colosenses 4:17

En la carta a Filemón, nos enteramos de que Arquipo era muy probablemente el hijo de Filemón. Se le había dado cierto ministerio y lo estaba descuidando, así que Pablo le recuerda que cumpla el ministerio, o que complete el trabajo. Nadie sabe qué ministerio era, pero lo importante era que tenía un ministerio, ¡como todos los cristianos! Aquí tenemos, una vez más, un aspecto de la iglesia que está grandemente descuidado hoy día. Se nos ha enseñado durante mucho tiempo que cuando venimos a la iglesia, los ministros son los que están al frente y dirigen la reunión. Pero eso no era así en las iglesias primitivas. Los ministros son los entrenadores; los jugadores son los que se sientan en los bancos. Ellos son los que tienen el trabajo del ministerio. Pablo dice, en la carta a los efesios, que los líderes han de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio (Efesios 4:12a). Ustedes son los ministros. Ustedes son los responsables de llevar a cabo la obra. La iglesia no se reúne para adorar y aprender y punto. Nos reunimos para adorar y aprender, con el fin de que podamos preparar a cada creyente para su ministerio. Eso es lo que Pablo está haciendo aquí. Él está incitando a este joven a hacerse cargo del trabajo que Dios le ha dado que haga. Ésta es una verdad muy importante, una a la que el diablo se opone fuertemente, porque es muy poderosa. Cuando un cristiano individual empieza a reconocer que Dios puede obrar por medio de él y que lo hará, empieza a sentir un desafío nuevo y emocionante. La vida cristiana ya no es aburrida y rutinaria.

¿Cómo descubrimos estos ministerios que Dios nos ha dado? Los encontramos respondiendo a la necesidad que hay justo a nuestra puerta. Usted no tiene que buscar un ministerio; por lo general está justo ante usted, en el autobús, en el vehículo que comparte, con su vecino de al lado. Responda a una necesidad. Hable con alguna persona solitaria. Abra su hogar a alguien sin techo. Haga alguna buena obra a alguna viuda de su bloque que necesita ayuda. Tome una taza de café con alguien. Así es como usted encontrará el ministerio que el Señor mismo da. Si lo continúa, pronto descubrirá que tiene una puerta de oportunidad emocionante abierta para usted. Quizás otros puedan unirse a usted y la vida se transformará para todos en una tremenda aventura de fe. De eso está hablando el apóstol en esta carta. Así es como la iglesia se expandió por estas tres ciudades y empezó a afectar a toda esa parte del imperio romano.

Señor, ¿cuál es el ministerio para el que me has equipado especialmente? Ayúdame a ver lo que está justo ante mí al responder a las necesidades que se cruzan en mi camino. Dame ojos para ver lo que Tú ves y un corazón para escuchar Tus indicaciones.