¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
2 Corintios 3:1-3
Aquí encontramos la quinta señal del auténtico cristianismo: una realidad innegable. Pablo es consciente de que está empezando a sonar altamente elogioso consigo mismo. Sabe que hay algunos en Corinto que se tomarán estas palabras de ese modo. Desde luego, es obvio por sus palabras que algunos incluso han sugerido, en cartas previas, que la próxima vez que venga a Corinto traiga cartas de recomendación de alguno de los Doce de Jerusalén. Ellos pensaban de Pablo que era absolutamente igual a ellos, que se alababa tan continuamente que nadie le creería hasta que trajera confirmación de fuentes más objetivas.
Pero Pablo les dice, efectivamente: ¿Queréis cartas de recomendación que prueben que tengo autoridad como mensajero de Dios?
Pues, ¡ustedes mismos son toda la recomendación que necesito!
Miren lo que les ha sucedido.
¿Son ustedes diferentes?
¿Ha habido algún cambio en ustedes desde que vinieron a Cristo por medio de mi palabra?
Sus propios corazones testificarán ante ustedes mismos y ante el mundo que el mensaje que oyeron de nosotros y que ha cambiado sus vidas es de Dios
.
En 1ª de Corintios 6, Pablo hizo referencia a los sexualmente inmorales, idólatras, adúlteros, prostitutos, borrachos, calumniadores, estafadores, etc., que había encontrado en Corinto.
Y esto erais algunos de vosotros
, añadía en los versículos 9 al 11.
Pero ahora ya habían sido lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo.
Estos cambios eran prueba de la realidad.
Los corintios habían escrito a Pablo sobre el gozo que ahora tenían y la esperanza y el significado que había traído a sus vidas.
Le describieron la liberación que ahora poseían de la vergüenza y la culpa que habían experimentado, la liberación del miedo y la hostilidad, de la oscuridad y la muerte.
Así que les dice, en efecto: Ésta es vuestra confirmación.
Ustedes mismos son cartas andantes de Dios, conocidas y leídas por todos los hombres, escritas por el Espíritu de Dios en vuestros corazones
.
He aquí la señal definitiva del cristianismo genuino: la realidad innegable, un cambio que no puede ser explicado de ningún otro modo sino porque Dios está obrando.
Pablo no necesitaba cartas de recomendación cuando esta clase de cambio era evidente en las vidas de sus oyentes.
Una vez oí de un cristiano que había sido alcohólico durante años y luego se convirtió.
Alguien le preguntó: Ahora que eres cristiano, ¿crees en los milagros del Nuevo Testamento?
.
Él contestó: Sí creo
.
El otro hombre dijo: ¿Crees en esa historia sobre que Jesús convirtió el agua en vino?
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Él dijo: Claro que sí.
Él hombre prosiguió: ¿Cómo puedes creer en semejante tontería?
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El cristiano replicó: Te diré cómo: ¡porque en nuestra casa Jesús convirtió el whisky en muebles!
Ésa es la señal de autenticidad.
Un cambio tan marcado no puede ocurrir excepto bajo el impulso de una relación poderosa que sustituye el amor a la bebida por el amor de Cristo.
Gracias, Padre, por el cambio que has traído a mi vida y a las vidas de otros que veo a mi alrededor.
Aplicación a la vida
¿Puede dar hoy gracias a Dios por la innegable realidad de Su acción en la vida de alguien? ¿Puede identificar un cambio que sólo se explique por la acción de Dios?