Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento, porque para Dios somos grato olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para éstos, ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
2 Corintios 2:14-16
Los primeros capítulos de 2ª de Corintios indican que Pablo estaba siendo desafiado por ciertos cristianos en Corinto. Estos estaban siendo influenciados por algunos cristianos judíos de Jerusalén que sugerían que Pablo no era un apóstol verdadero porque no era uno de los doce originales. A causa de eso, insistían en que su estilo de cristianismo no era cristianismo real. Uno de los trucos favoritos del diablo es tachar la verdad de ser un gran mentira, y eso es exactamente lo que estaba ocurriendo en Corinto.
La respuesta de Pablo a estos cargos es describirnos la naturaleza de su ministerio. El ministerio de Pablo tiene varias señales inconfundibles que no es posible falsificar con éxito. Estas cualidades están siempre presentes dondequiera que el auténtico cristianismo se practique. No importa cuán hábilmente el falso cristianismo pueda tratar de copiarlas, no puede lograrlo. Estas señales no tienen nada que ver con la personalidad o el temperamento, así que cualquiera que descubra el secreto del cristianismo auténtico puede alcanzarlas.
La primera señal se encuentra en la misma primera frase: gracias a Dios
.
Una señal de cristianismo radical es la gratitud, incluso en medio de pruebas y dificultades.
Es una especie de optimismo inagotable.
El mundo funciona con la sombría ley de Murphy: Si algo puede salir mal, saldrá mal.
Pero, los cristianos auténticos funcionan creyendo en la gracia, el amor y el cuidado de Dios en última instancia.
Se puede ver este optimismo inagotable del cristianismo auténtico en el libro de los Hechos, donde hay una nota de triunfo de principio a fin, a pesar de todos los peligros, adversidades y persecuciones que los primeros cristianos experimentaban.
La segunda señal del cristianismo auténtico está estrechamente ligada a la primera y se encuentra en la siguiente frase: que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús
.
Note cuán enfáticamente lo expresa Pablo: Jesús nos lleva siempre en triunfo
.
No ocasionalmente, sino siempre.
Pablo deja perfectamente claro que el cristianismo que él ha experimentado muestra un patrón de éxito invariable.
Implica lucha, adversidad y lágrimas, y, a veces, como en la cruz del Calvario, el momento de triunfo incluso puede parecer un fracaso total.
Pero nuestro triunfo está siempre asegurado.
El combate puede ser desesperado, pero siempre acaba al final en la consecución completa de los objetivos que Dios ha dispuesto para nosotros.
Incluso la oposición que encontramos está hecha para servir al propósito de la victoria.
La tercera señal sigue inmediatamente después.
Después de decir: Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús
,
Pablo continúa con esta preciosa declaración del impacto que tenemos como cristianos auténticos: por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento
.
Nuestras vidas deberían gastarse en dar fragancia, no sólo a los demás, sino también a Dios.
Hay algo en el cristianismo auténtico que deja una impresión inolvidable cuando se encuentra.
El cristiano que ha descubierto este secreto deja un impacto duradero que puede ir en una de dos direcciones: o bien, incrementa la oposición a Cristo (muerte para muerte
), o lleva hacia la fe y la vida (vida para vida
).
Si su vida refleja al cristianismo auténtico, entonces usted está haciendo a la gente irreconciliable o la está mejorando por su contacto con usted.
Pero hay una cosa que no puede ocurrir: que la gente siga siendo la misma.
Aquellos que están decididos a morir son empujados hacia la muerte al entrar en contacto con el cristianismo auténtico.
Los que están buscando vivir son ayudados a ir hacia la vida.
Señor, gracias por el privilegio de ser llamado a un ministerio como éste, que no descansa sobre mis recursos, personalidad, dinero, tiempo, o cualquier otra cosa, sino sobre la grandeza de nuestro Dios.
Aplicación a la vida
¿Está usted obrando de acuerdo con la sombría ley de Murphy, o de acuerdo con el inapagable optimismo del ministerio del Nuevo Pacto?