Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea:
El Amén, el testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto:Apocalipsis 3:14
La ciudad de Laodicea era parte de un área de tres ciudades estrechamente asociadas con las ciudades de Colosas y Hierápolis. Laodicea era notable en toda la provincia romana de Asia por su riqueza, su vida comercial y su práctica médica. Como centro bancario de Asia, era la más próspera de las siete ciudades. En esta ciudad se habían construido muchas casas grandes y hermosas, y probablemente algunas de ellas eran propiedad de cristianos. Laodicea también tenía una industria de ropa floreciente. Se criaba en los alrededores una raza de ovejas negras, y la lana era tejida para vestiduras especiales que se vendían allí. La ciudad también destacaba por sus bálsamos para ojos y oídos. Todo esto explica algunas de las referencias que encontramos en esta carta a la iglesia de allí.
Como en todas las cartas, el Señor se presenta a Sí mismo de una manera llena de significado.
Su descripción de apertura contiene la clave de lo que la iglesia necesita.
Él era, antes que nada, el Amén
.
Todos estamos familiarizados con esta palabra; la decimos cuando concluimos una oración o cuando queremos expresar nuestro acuerdo con una declaración.
Pero es también una palabra que Jesús usaba frecuentemente.
Él empieza muchas declaraciones con las palabras: De cierto, de cierto os digo
.
En realidad, en griego, eso es Amén, amén
.
Ello indica que Jesús va a decir algo extremadamente importante y verdadero.
Además, nuestro Señor se llama a Sí mismo el testigo fiel y verdadero
.
Él ha enfatizado Su sinceridad antes en estas cartas, pero aquí añade la palabra fiel
.
Él no sólo dice la verdad, sino que dice toda la verdad. No oculta nada.
Habla clara y llanamente, y revela toda la verdad.
En la tercera frase, el Principio de la creación de Dios
, aparece la misma palabra con la que se abre el evangelio de Juan: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios
(Juan 1:1).
Jesús es el origen, el principio de la creación de Dios, pero no meramente de la vieja creación, es decir, el universo físico en el que vivimos.
Jesús es también el origen de la nueva creación que Dios está construyendo.
Pablo nos dice en 2ª de Corintios 5: Si alguno está en Cristo, nueva criatura es...
(2 Corintios 5:17a).
Somos parte de un mundo nuevo que el Señor está trayendo a la existencia.
Ya ha comenzado, y eso es lo importante: ... las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas
(2 Corintios 5:17b).
Esta iglesia de Laodicea particularmente necesita saber la verdad.
Al final de su carta a los colosenses, Pablo dice: Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses
(Colosenses 4:16).
Así que los laodicenses estaban familiarizados con la carta a Colosas, y es en esa carta donde Pablo enfatiza la relación de Jesús con la creación.
Él es el primogénito de toda creación
(Colosenses 1:15) y el primogénito de entre los muertos
(Colosenses 1:18b), que es la nueva creación.
Esta iglesia de Laodicea necesita que se le diga una verdad importante, la verdad completa, y sobre todo la verdad de cómo relacionarse con la nueva creación de Dios.
Señor, Tú eres el Testigo fiel y verdadero, el Primogénito de toda la creación. Gracias por hacerme una nueva creación en Cristo. Amén.
Aplicación a la vida
¿Estoy profundizando más en el conocimiento de Jesucristo, la Palabra hecha carne? ¿Estoy profundizando, no sólo para saber más de Él, sino para conocerlo más íntimamente?