Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto. Resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran, y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque la apariencia de este mundo es pasajera.
1 Corintios 7:29-31
Todo lo que Pablo dice aquí depende de las palabras “el tiempo es corto”. Algunos dicen que esto es una referencia a la segunda venida de Cristo, que Pablo esperaba que el Señor pronto volviera. Es cierto que esperaba que ese acontecimiento ocurriera en sus tiempos, pero veo esto como una referencia a la brevedad general de la vida. Cuanto más tiempo vivimos más nos damos cuenta de cómo el tiempo parece volar. Como alguien dijo: “Cuando tu cara comienza a aclararse del acné juvenil es cuando tu mente empieza a fallarte”. Así parece ser la vida.
Pero no hay que ser un cristiano para ver eso; los que no son cristianos lo pueden ver también. Hablan de la brevedad del tiempo, y su reacción a ello es: “Bueno, si sólo tenemos un breve tiempo, entonces disfrutemos todo lo que podamos de él. Vivamos la vida con gusto. No hay nada en el más allá, y, por tanto, debemos disfrutar todo lo que podamos”. Su filosofía parece ser: “Si vas a ser un pasajero en el Titanic, más te vale viajar en primera clase. Tira la casa por la ventana. Come, bebe y sé feliz, ya que mañana moriremos”. Pero esa no es la filosofía de un cristiano, como lo saca a relucir Pablo.
Claramente la reacción cristiana es: “Utiliza este breve tiempo para propósitos eternos. Asegúrate que el objetivo y centro de tu vida no es sólo ganarte la vida, sino hacer una vida”. Eso es lo que está diciendo, y es por eso que dice: “que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran”. No te está animando a que abandones a tu mujer y que no cumplas tus responsabilidades a tus hijos y a tu hogar. Lo que está diciendo es que debemos tener las cosas en su enfoque apropiado. No dejes que el mantener tu casa sea la mayor razón de tu existencia. No des todo tu tiempo a disfrutar esta vida presente. Hay mayores demandas y mayores retos a la vida que eso.
Por lo tanto, incluso el matrimonio, dado por Dios y bello como es, no es la elección más alta que un individuo puede hacer. Si alguna gente aquí decide no casarse para que puedan buscar otras normas, especialmente dimensiones espirituales de involucramiento, entonces deberían ser afirmados por eso. Están haciendo una elección que es correcta y buena y apropiada, y nadie debe criticarles a causa de ello. Así que su palabra a nosotros es: “No dejes que estas cosas, por las cuales el mundo vive, se conviertan en el centro de tu vida”. Los júbilos y las tristezas van a ser vistas un tanto distintas desde el punto de vista de la eternidad. El éxito en los negocios no es el objetivo mayor de la vida, ya que todo el mundo está desapareciendo, incluso su fama y su gloria.
Estaba en Norfolk, Virginia, y visité la tumba del general Douglas MacArthur. Estaba interesado porque había sido un admirador del general MacArthur, habiendo vivido durante esa época cuando era un gran héroe americano. Me acuerdo de la bienvenida que recibió en San Francisco cuando finalmente volvió a estas tierras después de la segunda guerra mundial, y los desfiles que recibió tanto aquí como en Nueva York. Vi las vitrinas con sus medallas y sus recuerdos, las cartas que le habían escrito en las distintas etapas de su vida, y algunos de los uniformes que había llevado. Todos estaban acumulando polvo, y la pintura había comenzado a pelarse del techo. Al pasear, tuve un repentino sentido de la gloria que se desvanece en la tierra. Comencé a compararla con lo que las Escrituras dicen que está esperando al creyente en Jesucristo: ese “eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17), que Pablo dice está más allá de cualquier comparación, que nos está esperando. Es algo tan fantástico, tan asombroso, tan increíble, que nada que conocemos en la tierra puede ser remotamente comparado a lo que está esperando a aquellos que han encontrado los propósitos de Dios y han realizado la plenitud de Dios en sus vidas. Qué sórdido me parecía todo esto en su tumba, pues la gloria de MacArthur no era nada comparada con la gloria del más simple creyente en Cristo. Qué importante, por tanto, es el dedicarse a ese tipo de gloria en vez de a las baratijas que acumularían polvo en los museos del mundo. Es de esto de lo que está hablando Pablo aquí: Este mundo en su forma presente está desapareciendo.
Gracias, Padre, por la esperanza que tengo en Ti, y de que nada en esta corta vida se puede comparar con lo que Tú tienes preparado para mí. Ayúdame a vivir, no para aquellas cosas que están desapareciendo, sino para aquellas cosas que durarán toda la eternidad.
Aplicación a la vida
Sea más breve o más largo, el tiempo nos es dado por Dios con una vista a la eternidad. ¿Estamos invirtiendo este obsequio inestimable en lo despreciable y en las cosas perecederas de la tierra, o en los eternos, imperecederos e inestimables propósitos de Dios y en Su perfecta voluntad?